Un mundo dirigido para satisfacer los deseos de menos de un 0.1% de la población mundial.
Un continente en declive que ya no cree en los ideales que le mantuvieron a salvo de guerras y unido durante medio siglo anterior.
Un pais donde cumplir a rajatabla con la ley es de palurdos.
Un estado donde la división de poderes jamás tuvo efecto y donde ahora a la justicia ni se la ve ni se la espera.
Una sociedad entregada al manejo de sus partidos políticos.
Unos partidos con políticos entrenados para fomentar el clientelismo.
Unos políticos al servicio de las fuerzas económicas y no de a quienes representan.
Una economía con más de un 25% de paro.
Un paro producido en buena parte por pérdidas importantes en derechos laborales.
Unos derechos pisoteados en pro de mantener satisfechos a los mercados.
Unos mercados que han colapsado tras desmanes producidos por los cambios legislativos hechos a espalda de los ciudadanos.
Unos ciudadanos que han pasado a ver en riesgo lo poco que han conseguido tras años de esfuerzo, sus casas hipotecadas.
Unas casas hipotecadas que están sirviendo para justificar el desvío de ingentes cantidades de dinero hacia los responsables de este colapso.
Un colapso producido por unos cuantos bancos dirigidos por potentados que se dedican a jugar a ver quien gana más haciendo menos.
Unos potentados que han puesto su mirada sobre los pocos servicios públicos que el estado presta.
Unos servicios públicos que van camino de desaparecer para beneficio de menos del 0.1% de la población mundial.
¿Qué más ha de pasar para que los ciudadanos del España reaccionen?