Lo que Cataluña hizo ayer lo lleva haciendo España los últimos 4 años así que aquí culpables somos todos pero el de ayer era el día D. El día en el que aun estábamos a tiempo para que los dos trenes que llevan cuatro años lanzados en sentidos opuestos hacia un mismo punto de encuentro pudiesen ser frenados y evitar la colisión. El gobierno español lleva cuatro años obviando que cada día que ha dejado pasar sin afrontar este asunto es un día D desperdiciado, más de mil oportunidades perdidas en una sola legislatura de mayoría absoluta del PP. Conviene tenerlo muy en cuenta a la hora de valorar las responsabilidades de cada uno, incluidos sus votantes. Pero por desgracia para todos la mitad del parlamento catalán hizo que ayer se acabasen los días D.

La decisión de saltarse la legalidad y considerar que se puede llevar a buen puerto un proceso que se realiza fuera de los límites establecidos por todos como imprescindibles para garantizar que se respetan los derechos de todos los ciudadanos es un error que les supondrá su derrota ante la opinión pública y que a la vez volverá a hacer que el proceso se encalle.
Era básico y esencial que cualquier proceso independentista pudiese contar con la opinión favorable de cualquier observador internacional y el paso dado ayer va justo en la dirección contraria. Nadie entiende que una minoría de catalanes pretenda dar legitimidad a un proceso que vulnera como poco los derechos de más del 51% de sus ciudadanos.
Los representantes de JPS y las CUPs se escudan en que cumplen con el mandato que las urnas les han impuesto pero se olvidan mal intencionadamente de que ese mandato está obligado a respetar los derechos del 100% de los ciudadanos, no sólo de los que les votaron. No digo que tengan que defender las pretensiones de todos los catalanes, lo cual es un sin sentido, digo que hagan lo que hagan lo deben hacer asegurándose de que no violan los derechos de ni uno sólo de aquellos que les ceden el poder de legislar y gobernar en su nombre. Obvian que si están como representantes del pueblo en el parlamento catalán es porque hay una ley que al tiempo que les legitima para ello les obliga a respetar otras muchas partes de la ley que se están saltando. No se puede uno justificar en una ley al tiempo que se salta dicha ley. Ningún mandato puede realizarse de espaldas a principios de un derecho que los mismos catalanes se han otorgado. Se llega hasta la ilógica situación de que se amparan en que los catalanes se quieren regir sólo por leyes que emanen del parlamento catalán pero al hacerlo de la manera en que lo hacen violan las leyes que los propios catalanes se han otorgado.
Es cierto que para llegar a esta situación de choque de trenes hace falta que los dos maquinistas estén de acuerdo con no frenar sus comboyes y que por ello los dos son responsables de la catástrofe pero se podría decir que hasta ayer la vía por la que iban se estiraba al mismo ritmo que los trenes se iban aproximando con lo que el choque se estaba evitando dando tiempo a detener el impacto. Desde ayer uno de los maquinistas ha hecho que eso ya no sea así porque además se ha tirado del tren dejándolo en marcha en dirección a encontrarse con su alter ego.
Es muy probable que los españoles, en esta próxima convocatoria de elecciones, des suficientes apoyos a los partidos que apoyan la realización de una consulta catalana. Hace tiempo que se aprecia que los españoles son favorables a que haya un verdadero día D con forma de referendum. Ahora que en España había muchas posibilidades reales de que el próximo gobierno nacional autorizase una consulta catalana el tren del Parlament ya no puede frenar a tiempo y de eso sólo hay una responsable. Cataluña y los catalanes.
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