miércoles, 13 de agosto de 2008

Un blog “políticamente incorrecto”

Eso es una máxima en mis aspiraciones con este blog, la de llamar a cada cosa por su nombre sin miedo a resultar ofensivo, agresivo o falto de tacto con los demás. Vamos, lo que se llamaría ahora “no ser políticamente correcto”.

Esa actitud pusilánime y falta de todo valor es algo que me causa especial disgusto y actualmente estamos socialmente en un nivel máximo de miedo a la crítica por este tema.

La semana pasada en el periódico “El País.com” leí la siguiente noticia:

Un anuncio de la selección de baloncesto, acusado de racista
http://www.elpais.com/articulo/deportes/anuncio/seleccion/baloncesto/acusado/racista/elpepudep/20080813elpepudep_1/Tes

Desde Inglaterra y Estados Unidos algunos tabloides ponían el grito en el cielo y acusaban a los españoles de racistas, vista la foto que aquí dejo.



¿Acusados de racistas por salir en una foto simulando con los dedos tener rasgos chinos? ¿Pero es que estamos todos tontos? Hay que estar muy enfermo para querer ver un problema internacional donde no lo hay y este es un caso de esos. Y lo peor es que ya hay jugadores de la selección española que pidieron disculpas a quien se hubiese podido sentir ofendido. La leche…

En el mismo sentido de no herir sensibilidades hemos ido generacionalmente cambiando el nombre coloquial de las personas que padecen síndrome de Dawn porque el que le dábamos en cada momento nos ha ido pareciendo insuficientemente inofensivo. Hace 30 años se les llamaba subnormales o retrasados y antes se les llamaba “tontos” pero parece ser que ya no se pueden usar por resultar lesivas, pero uno acude al diccionario y encuentra:

subnormal .
1. adj. Dicho de una persona: Que tiene una capacidad intelectual notablemente inferior a lo normal. U. t. c. s.
retrasado, da.
(Del part. de retrasar).
1. adj. Dicho de una persona, de una planta o de un animal: Que no ha llegado al desarrollo normal de su edad.
2. adj. Dicho de una persona: Que no tiene el desarrollo mental corriente. U. t. c. s.

Parece obvio que un síndrome de Dawn es una persona que tiene una capacidad intelectual notablemente inferior a lo normal, que no ha llegado al desarrollo normal de su edad y que no tiene el desarrollo mental corriente. O sea, que en ningún caso, si uno usa dichas palabras para referirse a una persona con ese síntoma, está cometiendo agravio alguno. En el diccionario estas palabras no tienen una acepción como insulto pero es innegable que popularmente se convierten en un insulto cuando son referidos a personas “normales” o cuando se dicen despectívamente con intención de menosdespreciar a la persona síndrome de Dawn. Pero aun así siguen siendo palabras absolútamente válidas para nombrar a estas personas. Y con todo eso se cambiaron dichas palabras por disminuido psíquico, pero tampoco nos valía. Eso de disminuido… eso también era un insulto. Así que lo cambiamos por discapacitado mental, que parece que ya nos valía a todos. Pero ya he visto algún anuncio publicitario en el que se defiende la idea de que de discapacitados no tienen nada. O sea, que preveo que dentro de poco tampoco nos valdrá ese apelativo. ¿De veras que nadie se da cuenta de que es un absurdo buscar nombres “blancos” para evitar herir sensibilidades? ¿Acaso no estamos llevando a un extremo absurdo lo “políticamente correcto”.

Y ya el colmo de los colmos es la obsesión de los políticos de ser “políticamente correctos” con todos. Y con todas. Ojo, que nos dejábamos fuera a las féminas, que quizás no se veían integradas en ese “todos” y necesitaban un “todas” que las incluyese. Por eso se usan formas retorcidas del tipo “los vascos y las vascas”, “compañeros y compañeras” o “andaluces y andaluzas”. Y para rizar el rizo y la riza apareció la ministra de igualdad aportando su granito de arena al vocabulario español creando la entrada “miembras”, no fuese a ser que las mujeres no fueran a ser contadas dentro de la acepción “miembros” y la fuesen a tildar de “poco proactiva” en eso de la igualdad...

Por todo eso ahora al gordo se le llama "fuerte", a la escuchimizada "delgadita", al negro "de color" y a las putas "profesionales del sexo".

Lo políticamente correcto tiene un sentido, pero si se abusa de él, y ahora se está haciendo de forma continua, se cae en la cursilería, en el absurdo o diréctamente en la mentira. Y eso no va a tener cabida en este blog.




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