jueves, 23 de enero de 2014

El esfuerzo está sobrevalorado

Lo había logrado. Ya nunca más dudabían de él. Por fin había comprobado lo eficiente de sus teorías y que todos los métodos tradicionales estaban equivocados.

Años de trabajo y esfuerzo, meses esperando licencias, miles de horas rebuscando en viejos volúmenes de pergaminos enmohecidos, cientos de horas al sol en las excavaciones... todo aquello era esfuerzo ridículo e innecesario que los demás habían gastado. Nadie había conseguido tanto en tan poco tiempo y esfuerzo como él.

Sí, Deffelui había descubierto una pequeña mastaba junto a la pirámide escalonada de Saqqara que contenía una nueva estatua funeraria del dios Anubis en una postura jamás vista. Helmunt tenía el honor de haber recuperado más de 100 pergaminos del interior de una tumba saqueada por ladrones 2.000 años atrás en el Valle de los Reyes. Y Gonzalez había desenterrado el frontal de lo que parecía ser un nuevo templo a las afueras de Karnak, a orillas del Nilo.

Pero nadie, ninguno de todos aquellos eminentes egiptólogos había conseguido lo que él. Tan sólo le había costado 5 minutos, un par de clics en EBay y 50 dólares americanos aunque eso jamás lo revelaría. ¿Quien se iba a creer que le había resultado tan sencillo, cómodo y barato conseguir el carnet de la Antigua Biblioteca de Alejandría de Alejandro Magno?




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