jueves, 6 de febrero de 2014

Morpheo

Sus hermanos decían de él que era un voyeur. Creían que los sueños de los humanos sólo estaban llenos de escenas de SEXO. SEXO con mayúsculas. Suponían que era sexo violento, sexo dulce, sexo rápido, sexo apasionado... cabía todo tipo de sexo en los sueños.

Lo que no sabían sus hermanos era que el mundo onírico de los humanos no era así. No era el sexo lo que ocupaba la mayor parte del tiempo de sus sueños. Era la NATURALEZA. También así, con mayúsculas. Cierto que ya casi no había sueños de tótems de animales. Ni siquiera había sueños sobre el disfrute de paraísos naturales. No eran sueños de gente corriendo por la pradera, o nadando en un mar azul en calma. Ni siquiera eran sueños de ellos mismos volando. Eran sueños referentes a sus propias NATURALEZAS.

Los sueños de los humanos desde siempre sólo respondían a preguntas sobre lo que eran, sobre lo qué les movía, sobre lo que les hacía ser como eran. Claro que como decían sus hermanos dentro de esos sueños había sexo pero no más que sentimientos, sensaciones, miedos, anhelos, preguntas o respuestas. En los sueños uno podía encontrar de todo.


Morpheo era el Señor de los Sueños y como tal a él le correspondía velar por que ninguno de los sueños de los hombres se perdiese. Por eso los tenía todos. El no era un voyeur. El era un coleccionista. Un bibliotecario que disfrutaba acunando cada sueño. Morpheo se extasiaba cada vez que descubría un nuevo sueño, uno que ningún ser humano antes hubiese tenido. Algunos humanos eran especialmente ingeniosos con la creación de Sueños. El los llamaba "los artistas" aunque no necesariamente tenían que coincidir con los humanos que en la realidad se dedicaban al arte. Cualquiera podía ser un artista de sueños. Cada vez que encontraba a un artista creando un nuevo sueño Morpheo esperaba junto a él. Cuando el sueño terminaba Morpheo le ponía un nombre, lo catalogaba y lo almacenaba en su Biblioteca de los Sueños dispuesto a compartirlo con otros humanos cuando éstos no tuviesen nada que soñar.

Su trabajo era su obsesión. Disfrutaba con cada nuevo detalle que descubría en la NATURALEZA de los humanos. Creía que viendo sus sueños descubría su verdadera esencia, aunque nunca terminaba de comprenderles por completo. Lamentablemente eso hacía una cuantas décadas que había cambiado. Los humanos habían cambiado y la Biblioteca que antes rebosaba de música, de arte, de terror, de alegría y de sensaciones ahora parecía un banco. No lo parecía, lo era. Un banco repleto de sueños de dinero. Las partituras habían dejado paso a las cuentas corrientes, los colores del arcoíris habían sido cambiados por cheques en blanco al portador y los unicornios habían desaparecido cuando llegaron las tarjetas de crédito. Morpheo hacía años que había tenido que retirar de las primeras estanterías todos los demás sueños y almacenarlos al final de la Biblioteca para dejar sitio a la nueva NATURALEZA de los humanos. El DINERO, así, con mayúsculas.

Morpheo no estaba del todo seguro pero sospechaba que su Biblioteca no era ahora igual de bonita e interesante que antaño. Echaba de menos sueños como el del zoo de estrellas, o la pesadilla de las fuentes de las que manaban botones. Si bien era cierto que aun le quedaban sueños de colores éstos siempre eran los mismos, colores de billetes. La variedad de los nuevos sueños se había reducido. Ahora tenía tan poco trabajo que le daba tiempo a rebuscar entre los sueños incluso de los humanos más viejos. Tiempo atrás eran los primeros a los que desechaba ya que solían ser muy repetitivos y creía que ya los tenía todos en su Biblioteca pero ahora casi eran su única fuente de nuevas adquisiciones para su colección. Ellos le salvaban del tedio de ver siempre, una y otra vez, sueños referentes al dinero. En un principio pudo recurrir a los niños, que si bien tenían sueños muy simples, estos siempre eran novedosos y cargados de sensaciones fuertes. Pero ahora... Si al menos los padres no les diesen tan pronto la videoconsola...



2 comentarios:

  1. Sueños de dinero.....¡qué triste! Hay un anuncio de la lotería que, desde el principio me sorprendió por eso mismo.
    Y más en estos tiempos, parece que sea lo único que todo el mundo tiene en mente, "dinero, necesito dinero, me roban dinero, otros ganan dinero, quiero ganar dinero, todo cuesta dinero..." Sí, pero si nos centrásemos en lo verdaderamente importante de nosotros, de la naturaleza, de lo que nos rodea, de la esencia de la vida, tal vez nos daríamos cuenta de cuáles son los cambios que deberíamos de promover para que el dinero no fuera lo único que parece importarnos y empezar a vivir en lugar de empeñarnos en sobrevivir.
    "Todo lo que vemos o imaginamos no es más que un sueño dentro de un sueño." Esta cita de E.A. Poe ha sido mi cita talismán desde hace años...

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  2. Sí. Mis relatos no suelen acabar muy bien que se diga. :|

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