lunes, 17 de marzo de 2014

Es más fácil perseguir a un camello que a un Ferrari

Para terminar con el tema de la prescripción de los delitos comento este otro ejemplo de una ley vendida como un avance para todos cuando en realidad resulta ser un retroceso para la mayoría. Aquí dejo un enlace sobre este tema que ofrece detalles: http://alabogados.blogspot.com.es/2013/03/prescripcion-delitos.html

Algo que los españolistos no sabemos es que los delitos prescriben en función de la pena máxima que se puede imponer cuando se dicta la sentencia. De manera muy general se podría decir que un delito prescribe cuando han transcurrido una vez y media el tiempo máximo de condena que nos podría caer. Es decir, si un delito se puede llegar a penar con 10 años de cárcel prescribirá a los 15. Repito, es una generalidad, luego habría que ir a cada caso. Más ejemplos, delitos como la malversación de fondos públicos, el cohecho y el fraude fiscal, todos prescriben a los 5 años por que tienen penas máximas de... ¿3 o 4 años? Temas de drogas a los 15. El asesinato a los 30.

Todos podemos comprender que no tiene sentido que la ley nos persiga eternamente porque hace medio siglo cometimos un delito, la prescripción de los delitos tiene su sentido pero ¿de todos? ¿De cuales? ¿De qué forma? ¿En qué condiciones se persiguen? ¿Y en cuanto tiempo?

Mientras que para perseguir a un asesino se pone en marcha una enorme maquinaria de cuerpos de seguridad del Estado desde el mismo momento casi en el que se comete el delito la experiencia nos dice que la policía se entera de los delitos económicos demasiado tarde y mal.

Curiosamente el Tribunal de Cuentas, el organismo que fiscaliza las cuentas de los partidos políticos, tarda por norma algo más de cinco años en elaborar sus informes por lo que antes de que ellos presenten las conclusiones y pueda actuar la justicia las penas prescriben y las condenas jamás llegan a producirse. ¿Quién decide la dotación de recursos a ese Tribunal? ¡Premio! Los propios políticos.



También "curiosamente" la cantidad de personal de la división de la policía encargada de perseguir delitos de guante blanco es insignificante  comparada con la de la división de drogas o de homicidios cuando está claro que es más fácil que nos afecte un robo en las arcas del estado que un tema de drogas o incluso un asesinato. En hacienda ocurre lo mismo, hay más funcionarios revisando que los "curritos" pagan correctamente sus retenciones de IRPF que revisando grandes cuentas bancarias. ¿Quién decide la dotación de recursos? ¡Premio! Los propios políticos.

Y también los recursos judiciales que hay disponibles para cada tipo de delito son diferentes. Los juzgados encargados de cazar los delitos típicos de gente con mucho dinero no disponen de los recursos necesarios para hacerlo. Eso sí, para cazar a un ladrón de gallinas no hay problema. ¿Quién decide la dotación de recursos? No puedes fallar... ¡Premio! Los propios políticos.

Los legisladores aplicaron la misma norma para todos los delitos, así parecía que no se estaba haciendo ninguna manipulación extraña, pero lo cierto es que sí manipulan aunque sea por otro lado. No tiene los mismos recursos para ocultar un delito un pobre que un rico pero se destinan más recursos a la caza de delitos "de pobres". Hoy en día el tráfico de drogas está penado con un máximo de 9 años de cárcel así que el delito puede ser perseguido durante 14 o 15 años aunque lo habitual es que los pillen en el acto. Es decir, si te pillaron comerciando con 100 gramos de cocaína cuando tenías 20 años , aunque no te juzgasen en el acto deberás preocuparte hasta los 35  de que no te podrán detener por ello. Si defraudas 1000 millones al estado con 20 años a los 25 puedes olvidarte de ser perseguido y disfrutar de tus 1000 millones.

Así que he aquí otro ejemplo más de que la ley que regula los delitos es perversa. No per sé si no porque los gobernantes se han preocupado de imponer penas bajas a los delitos que ellos y las personas con más recursos cometen más frecuentemente. Es más fácil ver a un pobre metido en una trifulca o traficando con drogas que a un rico. También es más fácil ver a un político trincando de la caja que traficando drogas. Y por eso se paga más por la trifulca o la droga que por dejar un banco en quiebra. Lo cual es lógico... si eres el político que maneja el banco, claro.





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