viernes, 14 de marzo de 2014

¡Póbrecito españolisto!


En un país de pillos y truhanes es sorprendente encontrarse que la inmensa mayoría de los ciudadanos apoyan con gran alegría modificaciones legales que cláramente les perjudican mucho más de lo que les benefician. En mi experiencia personal encuentro que muchos que se alegraron con el cambio de ley sobre la prescripción de los delitos contra la Hacienda pública, es decir, los fraudes en las declaraciones de la renta o en el pago de impuestos, que desde hace tiempo prescriben a los 5 años. También encuentro a quienes se han mostrado felices cuando saben que les van a rebajar los impuestos, por ejemplo el de sucesiones.

Estoy convencido de que es esa condición de pícaros rufianes unido a la falta de la convicción sobre la idea de pertenecer a una sociedad contributiva lo que hace que la mayoría vea esas modificaciones legales como beneficiosas. Un trabajador que al decirle que Hacienda no le podrá reclamar deudas pendientes con el fisco que se hayan producido hace más de 4 años lo ve como algo positivo me hace pensar que es porque él tiene cuentas pendientes en sus tributos pero yo me pregunto ¿qué fraudes fiscales habrá cometido el asalariado tipo español en esos cuatro años? ¿Y por qué cuantía? Por contra ¿cuantos delitos fiscales podría haber realizado un gran empresario de las finanzas? ¿Y por qué cuantía? ¿Y cuanto influye en toda la sociedad la falta del dinero que deja de ingresar el Estado por los fraudes de ambos? No insinúo nada sobre si los asalariados son más legales que los grandes empresarios, me limito a reflejar las posibilidades que tiene cada uno y el sentido que tienen de alegrarse por no poder ser cazados. A un asalariado ya le retienen de su nómina los impuestos a sus rendimientos del trabajo y sus posibilidades de fraude son muy reducidas así como las cuantías. El caso más gordo suele ser el de la compraventa de la vivienda, que normalmente se escritura y declara por menos de lo que realmente se paga. Mientras la cantidad de posibilidades de ocultación de las actividades de un empresario de finanzas son innumerables a la vez que sus cuantías pueden ser muy importantes.

Así que ¿tiene sentido alegrarse porque a nadie se le reclaman deudas fiscales pasados 5 años? Sólo si defraudas mucho, muchísimo. Si no es así, si eres uno de esos asalariados o un autónomo que no se está haciendo rico con su trabajo, cada vez que tu te alegras de que esa ley esté así en mi opinión estás haciendo el tonto y perjudicando tus propios intereses y los del resto.

Ese es sólo un ejemplo pero hay muchos más. A lo largo de los próximos artículos, si no se cuela algún otro tema más actual, iré comentando algunos de esos ejemplos. Veremos con qué facilidad nos convencen de la bondad de algunas leyes cuando en realidad casi no nos afectan ni en lo económico ni en lo personal y que cláramente empeoran a toda la sociedad.




2 comentarios:

  1. No se te olvide mencionar la rebaja del impuesto de sociedades ;-)

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  2. Todo a su tiempo, cris, todo a su tiempo.

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